No es extraño que a lo largo de un paseo campestre nos encontremos con un tesoro de cualidades inestimables, y muy beneficioso para nuestro organismo. Las plantas medicinales que se encuentran en los jardines o en el campo son un excelente compañero para nuestra salud general.

Efectivamente, el tomillo, la manzanilla, la amapola, la lavanda, la hiedra o la melisa, y otras muchas plantas se suelen dar en verano para ofrecernos un invierno mucho más llevadero.

Para que todos los años nos sigan ofreciendo sus beneficios es importante que las recojamos con parsimonia y con cuidado, sin arrancar las raíces. Una vez recogidas debemos dejar que se sequen, poniéndolas sobre un papel secante o de periódico, dejando que les dé el aire. Una vez secas podremos guardarlas en un bote hermético.

La manzanilla

Estas flores blancas con el corazón amarillo se encuentran en el borde de los caminos y en las praderas verdes. La manzanilla florece durante todo el verano. Se recoge la flor. La infusión de una cucharadita de café por taza tiene beneficios relajantes para sistema digestivo. Este remedio es bueno para luchar contra el ardor y las digestiones difíciles.

En su uso externo, la cocción de manzanilla ofrece excelentes resultados en caso de inflamación de los ojos: conjuntivitis e irritaciones de los párpados. El pelo claro y rubio vuelve a recobrar su tono natural tras enjuagarlos con el agua de haber hervido un poco de manzanilla. La maceración de 60 g de flor seca de manzanilla en medio litro de aceite, calentada al baño María, alivia los dolores reumáticos.

La amapola

Todos las reconocen por su color rojizo en medio de los campos verdes. Lo pétalos se deben recoger entre mayo y junio, y en agosto sus cápsulas secas. La infusión de un poquito de cápsula de amapola es uno de los mejores remedios naturales para luchar contra el insomnio y favorecer la inducción del sueño.

La infusión de pétalos durante diez minutos en una taza de agua caliente, calma las tos. El jarabe de amapola, preparado vertiendo un litro agua hirviendo en 80 g de pétalos seco, tiene los mismos efectos que la infusión. Una vez preparada la infusión se debe dejar reposar unas cinco horas, y luego se añade kilo y medio de azúcar.

La lavanda

La flor de lavanda se recoge a lo largo de todo el verano. Una cucharada de café con flores secas de lavanda en infusión ayuda a combatir las enfermedades infecciosas y las fiebres intensas. También es un buen remedio para luchar contra la gripe, y la laringitis del invierno.