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La autoestima es un aspecto determinante en el desarrollo del bienestar emocional. La conexión cuerpo y mente es constante para alcanzar este equilibrio saludable. La presión por la imagen física marcada por unos patrones estéticos muy definidos, puede producir sufrimiento a quienes sienten que no se ajustan a ese concepto de belleza social. Sin embargo, cada persona es única y especial. Allí reside la clave de la verdadera belleza física.

Existe una prueba de autoestima que cualquier persona realiza cada día. Mirarse al espejo. El espejo como metáfora de la obsesión por la belleza queda claramente ejemplificado en el cuento de Blancanieves. Sin embargo, existen muchas actitudes diferentes ante el espejo. Por ejemplo, existe la posibilidad de apartar la mirada ante el reflejo. Un gesto habitual desde la inseguridad y la baja autoestima. Comportamiento contrario a la actitud de quien se observa con autoestima alta.

Por medio de la técnica del espejo puedes mejorar tu autoconcepto, es decir, cultivar tu amor propio. A modo de coaching, puedes responderte a estas preguntas para potenciar tu reflexión interior y encontrar la respuesta a estas cuestiones emocionales.


Cómo alimentar tu autoestima con la técnica del espejo

Preguntas frente al espejo

1. ¿Cómo te sientes cuando te miras al espejo?

2. ¿Qué imagen crees que proyectas en los demás?

3. ¿Qué rasgos te gustan de tu aspecto físico y cuál te gustaría corregir?

4. ¿Qué emociones experimentas frente al espejo?

Autoestima frente al espejo

Una vez que hayas reflexionado sobre estas cuestiones puedes colocarte delante del espejo para empezar a reflexionar sobre otras cuestiones en la interacción constante con tu propio reflejo:

1. ¿Te sientes identificada con la imagen que ves en el reflejo? ¿Qué te dice esa imagen?

2. ¿Observas belleza en tu propio reflejo? Observa la imagen con calma y tiempo. No apartes la mirada e intenta abrazar mentalmente a esa imagen que muestra una parte de ti. Mírate a los ojos. Conecta con la verdad de ti misma a través de este contacto visual. 

3. Tú eres tu mejor amiga. Al menos, puedes llegar a serlo. De hecho, es muy positivo que aprendas a quererte, que aprendas a tratarte con respeto y cariño. Puedes realizar el ejercicio de mirarte al espejo mientras te envías mensajes de cariño.

Por medio del lenguaje alimentas tu amor propio puesto que la autoestima está directamente vinculada con la creencia que tienes de ti misma. Un mensaje bonito que puedes decirte cada día frente al espejo para que esta técnica tenga un efecto positivo es: «Yo me quiero tal y como soy». Convierte este mensaje en un hábito en tu vida. 

4. Posa ante el espejo con libertad. Descubre tus facciones. Observa cuál es tu mejor lado. Imagina que estás ensayando ante el espejo para posar ante la cámara en una fecha importante.  

5. Sonríe ante el espejo. Regálate esta sonrisa. Este sencillo gesto puede cambiar tu estado de ánimo. Pero además, también cambia la forma en la que te percibes a ti misma. 

Un síntoma de baja autoestima frente al espejo es la incomodidad que siente la persona al mirarse. Elige un color de pintalabios que te encante y observa tu belleza ante el espejo.