• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

Generalmente cuando se baja de peso,  la grasa va desapareciendo de forma gradual. Sin embargo, la mayoría de las veces esa reducción de volumen no se produce en aquellas regiones del cuerpo que se desean. Por ese motivo  muchas veces quedan en ciertas áreas, como abdomen y muslos, depósitos de grasa que resultan antiestéticos.

En la actualidad, existen ciertos tratamientos que la tecnología pone a nuestro alcance y que permiten reducir volumen y modelar el cuerpo para lograr una figura armónica.

La Cavitación, una tecnología que se basa en el efecto de los ultrasonidos en los líquidos, es una de las soluciones más efectivas cuando se desean eliminar esos depósitos de grasa.

El ultrasonido actúa generando burbujas de vacío que a través de un proceso de oscilación rápida y cambio de presión pueden destruir las células grasas, produciendo un efecto similar a una liposucción pero sin cirugía.

Son necesarias varias sesiones y así van eliminándose de manera natural la acumulación de adiposidades.

Además, la grasa se elimina de manera natural por las vías fisiológicas como la orina, por ello es importante beber mucha agua diariamente.

Serán necesarias unas diez sesiones para tener resultados efectivos y duraderos, siendo un tipo de técnica totalmente indolora y no invasiva. En la mayoría de los casos suele aplicarse drenaje linfático o presoterapia dentro de las primeras 24 horas como una forma de favorecer la absorción de grasas.

Por otra parte, existen diferentes modalidades o variantes dentro de la cavitación tradicional, como la doble cavitación y la ultracavitación.

Así la en la doble cavitación el efecto es producido por dos ondas de frecuencias diferentes que se combinan. La destrucción de las células adiposas es selectiva, transformándose esa grasa expuesta a la energía en líquido que luego se elimina a través del sistema linfático y urinario. Los resultados pueden verse a partir de la tercera sesión, teniendo además un efecto duradero.

La ultracavitación lo que hace es incorporar ultrasonidos de baja frecuencia, con ello se rompe el tejido adiposo pero no se daña la microcirculacion.

Cabe sin embargo recordar que para obtener un excelente resultado se necesita que el paciente ingiera unos dos litros de agua al día, para eliminar los residuos de líquido producto del tratamiento.

Además, el intervalo entre cada sesión será de un mínimo de 72 horas, tiempo que le lleva al organismo eliminar la grasa líquida.

La cavitación fue diseñada para eliminar grasa localizada y también tratar la celulitis, pero como todo tratamiento puede tener algunos efectos secundarios mínimos como algún tipo de hematoma en la zona donde se realiza el tratamiento y sensación de zumbido en los oídos durante la sesión.

También,  existen personas que no deberían someterse a un tratamiento de cavitación sin antes consultar a su médico. Es el caso de quienes sufren cardiopatía, epilepsia, embarazadas y mujeres en etapa de lactancia, además de personas que poseen marcapasos, con patologías auditivas, cáncer o aquellas que tienen algún tipo de prótesis metálica colocada en alguna zona del cuerpo.