Con ocasión del salón de la lencería que acaba de realizarse en París, hemos entrevistado a la creadora de lencería Chantal Thomass para que nos dé su punto de vista sobre estas prendas que siguen vistiendo por dentro a la mujer de hoy en día.

Seda, tul, encaje, terciopelo… estos son algunos de los ingredientes que construyen el potencial erótico de estas prendas tan femeninas. Chantal Thomass es una de las escasas marcas francesas que defiende un saber hacer y cierto sentido de la feminidad, a través de la lencería. Todo lo contrario de la lencería «Shapewear» que tira más por lo cómodo, pero en detrimento del glamour y el estilo.

mujer en ropa interiorChantal Thomass crea en sus colecciones un estilo inimitable, picarón, pero sin caer en lo vulgar. Con ocasión del próximo día de los enamorados, el 14 de febrero, la diseñadora nos ofrece su punto de vista con relación a las preferencias de los hombres a la hora de regalar prendas íntimas a las mujeres.

«A los hombres les gusta mucho los strings, y en general todo lo que es sexy: el encaje, el tul, la seda. Cuando un hombre viene a comprar algo de lencería para su mujer, siempre va buscando un regalo que le guste, tanto a ella como a él». Así es que en las boutiques de Chantal Thomass podemos encontrar prendas muy sexys, confeccionadas con terciopelo negro, y encajes.

«A los chicos jóvenes de hoy en día no les causa ningún pudor entrar en una tienda exclusivamente para mujeres, donde se vende lencería fina. Sin embargo, son muchos los que todavía no saben cuál la talla de su esposa, a la hora de elegir un sujetador o unas braguitas«.

No cabe duda de que la lencería es un accesorio de moda. A todas las mujeres nos gusta parecernos a Dita Von Teese en algún momento de nuestra vida. La lencería de calidad se compra para subir la moral, de la misma manera que nos compramos una barra de labios, una crema de belleza, o un buen maquillaje.