Es posible adelgazar y obtener muchas ventajas gracias a una restricción calórica, pero también se pueden sufrir ciertos riesgos.

La restricción calórica está estrechamente vinculada al mantenimiento de un peso corporal correcto. Una alimentación basada en tal limitación implica consumir menos calorías que las que el cuerpo necesita para mantener su peso normal, aportando bastantes vitaminas y otros nutrientes. Por lo general, una dieta a base de restricción calórica hace que se consuma entre el 20% y el 30% menos de calorías que las necesidades diarias normales.

La restricción calórica reduce el envejecimiento, estimula la memoria, puede alargar la vida útil y prolongar la juventud, además de ayudar a adelgazar.

Ventajas y beneficios de este tipo de alimentación

Hay un cierto número de estudios realizados sobre poblaciones humanas que ilustra el potencial de una restricción calórica en los humanos. Por ejemplo, las personas que viven en el archipiélago de Okinawa, en Japón, poseen 40 veces más personas de edad centenaria que el resto de japoneses que vive en el nordeste del archipiélago.

Dieta hipocalóricaAdemás, los que viven en Okinawa se ven afectados por muy pocas enfermedades graves antes de los 60 años. Los habitantes de Okinawa siguen físicamente activos mucho más tiempo que sus semejantes que viven en otras regiones de Japón. La principal diferencia en la alimentación de los habitantes de Okinawa es una restricción calórica. Tienen la costumbre de consumir menos calorías que otros japoneses.

Uno de los resultados más sobresalientes de una restricción energética es desde luego el hecho de adelgazar. Las personas que siguen directivas estrictas para restringir su consumo de calorías acaban por estar muy delgadas en general, al punto a veces de parecer demasiado flacas, demacradas, lo que no se recomienda en absoluto. Una alimentación restrictiva debe, a pesar de todo, aportar bastantes vitaminas y otros nutrientes al organismo.

A partir de varios estudios serios llevados a cabo sobre la restricción calórica, sabemos que una parte de los beneficios de un menor consumo de calorías procede del indicio débil de masa grasa resultante. Por esta razón se recomienda practicar un método restrictivo moderado.

Restricción calórica y nutrientes

Una restricción calórica excesiva y sin vigilancia médica apropiada puede provocar: anemia, vértigos, depresión, irritabilidad, somnolencia, cansancio, hinchazón en los pies, recuperación del peso perdido (efecto yoyo) cuando se pasa a una alimentación normal (sin delimitación en calorías).

Otro riesgo psicológico importante implicado en la restricción calórica es cuando la persona que lo adopta no se da cuenta del principio fundamental. Cuando adelgazar es el único efecto deseado, y no una mejor y más larga vida, puede tener consecuencias.

Se debe tener cuidado con los niveles de nutrientes, de aportaciones en materias grasas y en vitaminas cuando se adopta una dieta basada en la restricción calórica. Esta necesidad de vigilancia constante puede ser difícil a largo plazo. Los suplementos multivitaminados u otros nutrientes pueden revelarse útiles en el marco de una alimentación restringida en calorías.