Tener los labios vaginales de mayor tamaño es molesto y hablar de esto puede resultar delicado. A pesar de este tabú, son muchas las mujeres que estiman tener los labios menores demasiado gordos. Esta disposición puede resultar ser un problema a nivel estético pero también físico.

Por ejemplo, a la hora de mantener relaciones sexuales, en la práctica de un deporte, o a la hora de llevar ropa ajustada. Estos desarreglos estéticos y físico puede resolverse gracias a un labioplastia.

Reducción de los labios menores

Dos pares de labios vaginales componen los órganos genitales femeninos: los menores o inferiores que están cubiertos de una mucosa, y los labios externos que están recubiertos de vello. La labioplastia es una intervención relativamente sencilla que permite la reducción de los labios menores.

Cirugía-estéticaEsta intervención se desarrolla generalmente con anestesia local y dura una hora. Primeramente, se determina el tamaño de los labios menores. El cirujano estético os examina y determina si la función biológica de vuestros labios puede verse alterada. Después, retira el excedente y satura con la ayuda de un hilo absorbible.

La sutura se realiza en «zigzag» para garantizar una cicatriz flexible. Una cicatriz lineal se contraería durante la curación. Se puede volver a casa el mismo día, tras la reducción de los labios menores.

Durante la labioplastia, la herida se sutura con un hilo reabsorbible. Por lo tanto no es necesario volver al cirujano para quitar los puntura de sutura. La cicatrización es relativamente rápida.

Los labios menores pueden inflamarse y quedar más sensibles tras la intervención. Dado que los labios vaginales contienen muchos capilares, puede ocurrir que se den algunas pérdidas de sangre.

Orinar, estar sentadas o mantener relaciones sexuales son situaciones un tanto dolorosas tras la labioplastia. Pero en poco tiempo, las cicatrices se vuelven flexibles e imperceptibles.