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La pregorexia es el diagnóstico de anorexia durante el periodo de embarazo. A lo largo de los nueve meses, la mujer experimenta un aumento de peso natural ante la próxima maternidad. Sin embargo, quien sufre pregorexia se obsesiona con cada kilo. Hasta el punto de que lleva a cabo una dieta que no cumple con sus necesidades nutricionales. Desde el punto de vista de la salud esto puede plantear consecuencias graves como la anemia o la falta de calcio.

Del mismo modo, las consecuencias de una dieta poco equilibrada también se notan en la salud del cabello. Una caída excesiva es una de las consecuencias posibles de este trastorno. Un trastorno que va más allá de la alimentación en sí misma. Ya que también está vinculado con la autoimagen que la persona tiene de sí misma. Por tanto, el proceso de recuperación pasa por un tratamiento holístico. El apoyo psiquiátrico y psicológico es muy importante. También el apoyo del medico bariatra, que es experto en nutrición.

Pregorexia, anorexia durante el embarazo

Presión por la imagen en la sociedad actual

La pregorexia muestra la dificultad añadida de un trastorno de alimentación que se produce justo en un momento en el que la mujer tiene que cuidarse más todavía. Una persona que sufre pregorexia no disfruta de los menús. Está obsesionada con la ingesta calórica. Actualmente, el contexto presente, fomenta el estereotipo de belleza femenina marcada por la delgadez. Delgadez como sinónimo de éxito social. Y esta cultura de la delgadez puede generar una influencia externa en algunas personas que se sienten vulnerables a nivel interno.

Los síntomas de pregorexia suelen empezar a hacerse visibles a partir del segundo trimestre de embarazo ya que es en este momento cuando las curvas premamá son más evidentes. Quienes han sufrido previamente algún tipo de trastorno de alimentación tienen un mayor riesgo de sufrirlo durante el embarazo.

El miedo a engordar también puede conducir a la práctica de ejercicio físico excesivo, por encima de los niveles saludables durante el embarazo. Este problema también puede provocar un parto prematuro o bajo peso al nacer. Conviene puntualizar que este desorden alimentario es poco frecuente durante el embarazo. En caso de notar algún síntoma de malestar, es aconsejable pedir hora en el médico de cabecera que como experto generalista, derivará a la paciente al profesional recomendado.

El cansancio excesivo, los cambios bruscos de humor, las dificultades para mantener la concentración y la tristeza son algunos de los síntomas de este trastorno que puede afectar incluso a las relaciones personales. También el aislamiento en la hora de las comidas. No es posible comprender este trastorno centrando la atención únicamente en el plano de la imagen ya que hunde sus raíces en el inconsciente, por ejemplo, una baja autoestima, el perfeccionismo o incluso, la búsqueda de la aprobación externa.

Pero además, la historia de cada paciente es única. El diagnóstico de cada caso es personal. A su vez, este trastorno produce un cansancio psicológico y ansiedad. Esto impide disfrutar a la embarazada de su presente.