Así como ocurre con la cara y el conjunto de nuestro cuerpo, el cuello requiere unos cuidados permanentes. En este lugar preciso, en efecto, la piel es particularmente frágil. Sufriendo la agresión del sudor, el calor o el frío, la piel del cuello se expone a un relajamiento, a la aparición de arrugas y a otras manifestaciones de agotamiento epidérmico.

Además, si nuestro cuello suele llevar joyas, como collares, en cuanto hace frío, lo cubrimos con una bufanda, un fular, un cuello alto. Para conservar una piel suave y sana, nuestro cuello debe ser tratado con exquisito mimo. Que vuestra piel sea de tendencia grasienta o más bien seca implica que debemos ofrecerle unos cuidados adaptados para el correcto mantenimiento del cuello.

Cuidados-pielPor otro lado, a partir de los 30 años, aparecen las primeras arrugas. Hidratación diaria, masaje, exfoliación suave, y gimnasia localizada se deben privilegiar dos veces al día a partir de los 40.

Cuidados para el cuello

Durante la ducha, limpiad el cuello, proceded con suavidad, desde la parte inferior del mentón hasta el pecho. El cuello y el escote se deben cuidar de forma simultánea. Utilizad para el cuello unos cuidados cutáneos de efecto tensor, hidratantes, y antiarrugas. Masajead suavemente con el fin de impregnar correctamente vuestra piel.

La parte inferior del mentón es prioritaria, hasta la base del cuello, realizando masajes con total suavidad. Además, podéis proceder a una pequeña gimnasia divertida que consiste en estiramientos de los maxilares. El efecto es sorprendente para la cara también, sobretodo cuando pronunciáis las vocales del alfabeto, forzando cada sonido.

El estirarse, los músculos conservan su elasticidad. Cabe destacar que para evitar las arrugas del cuello, e incluso el doble mentón, tenéis la posibilidad de contraer el mentón hacia adelante durante algunos segundos. Relajad y volved a contraer. Otra posibilidad es la de bloquear el mentón por debajo con el pulgar o el puño cerrado. Ejerced una presión intentando abrir la boca.