El lifting del rostro tensa la piel relajada de la cara y del cuello. Este lifting, que permite rejuvenecer visiblemente unos 10 años, es una intervención extremadamente beneficiosa desde el punto de vista psicológico.

Las indicaciones del lifting cervicofacial

El lifting cervicofacial trata el relajamiento cutáneo del rostro y del cuello, y retira el exceso de piel resultante. Algunas mujeres entre los 30 y los 40 años pretenden realizarse un lifting del rostro. Posiblemente han abusado del sol o del tabaco, y el óvalo de la cara comienza a relajarse de forma visible. En este caso preciso, conviene realizar un minilifting más bien y no tanto un lifting cervicofacial completo.

A partir de los 50 años, ocurre un fundido importante del volumen de la grasa que marca los rasgos faciales, momento ideal para hacerte un lifting. El envejecimiento se nota en la parte inferior del rostro. Las estructuras de mantenimiento de la piel, el colágeno y elastina, se reducen. El óvalo del rostro es menos definido, y el descuelgue de los pómulos da una sensación de pesadez al mentón.

Más allá de los 65 años, el envejecimiento se nota en todos los elementos. El óvalo de la cara comienza a relajarse en exceso, el cuello presenta grandes arrugas horizontales, y las cuerdas verticales se notan muy relajadas, ofreciendo un aspecto de cuello con papada bastante poco estético.

Piel firme

La motivación puede ser sentimental, familiar o profesional. El argumento más frecuente para recurrir a esta intervención es que la persona dice que es alguien muy dinámico en su interior, y que lo que muestra externamente no se corresponde con lo que ella es en esencia.

El desarrollo del lifting facial

El lifting facial se hace con anestesia general, una noche de hospitalización, y dura entre 1 y 2 horas. El objetivo es el de tratar el relajamiento de la piel y de los músculos de la cara y del cuello. De forma general, el cirujano realiza un lifting del rostro en su globalidad, pero nada le impide centrarse en una zona precisa como la frente, las sienes, o los pómulos.

El cirujano esconde las incisiones en el pelo, a nivel de las sienes, o en la nuca, lo más alto posible, así como en la oreja. A partir de las incisiones, realiza un despegamiento de la piel y elimina el excedente cutáneo. La piel vuelve a coserse siguiendo las nuevas líneas diseñadas.

Al final de la intervención, coloca una venda compresiva alrededor de la cabeza, que el paciente debe mantener durante la noche que pase en la clínica.

Para obtener un rejuvenecimiento completo, el cirujano puede ofrecer como intervención complementaria al lifting facial, una blefaroplastia para corregir los párpados caídos.

Después de la operación

Una vez retirada la venda, aparece un edema así como equimosis por un tiempo máximo de dos semanas, aunque esto varía de una persona a otra. El lifting del rostro es una intervención muy poco dolorosa. El paciente experimenta una sensación de tortícolis sobre todo por detrás de las orejas y alrededor del cuello. Los primeros días, se aconseja descansar al máximo, evitar cualquier esfuerzo demasiado violento, e ingerir comida fácil de masticar.

El paciente está presentable desde la primera semana con maquillaje. No obstante, se aconseja esperar unos 10 días antes de retomar la actividad profesional.

Al cabo del primer mes, cierta insensibilidad de las zonas despegadas pueden persistir. Entre 1 y 2 meses más tarde, se consigue recuperar todas las sensaciones normales.

Los resultados

El lifting del rostro mejora de forma espectacular el aspecto de la cara. El hecho de volver a tensar las diferentes estructuras anatómicas de la cara y del cuello permite al paciente recuperar una apariencia de hace 10 años.

Al cabo de 2 a 3 meses, el espejo ofrece una imagen de lo que será el resultado definitivo. Las cicatrices, todavía un poco rosadas, se atenúan hacia el sexto mes. El rostro presenta un aspecto reposado, relajado y con nueva frescura.

El resultado debe ser visible con cicatrices bien camufladas, una oreja con el lóbulo intacto, una recolocación de la piel armoniosamente, sin falsos pliegues, y sobre todo sin incongruencias estéticas que llamen la atención, como una boca en forma de pez.

Un lifting dura por lo general entre 10 y 12 años. Una segunda intervención puede ser realizada tras este plazo, pero no suele ser necesaria en la mayoría de los casos.