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La zona de confort es un concepto muy utilizado en coaching para remitir a esa rutina previsible en la que las personas se sienten cómodas. Durante las primeras semanas de incorporación a un nuevo puesto de trabajo, surge un sentimiento de inseguridad lógico ante la adaptación gradual al nuevo trabajo. Lo cierto es que sería recomendable que cualquier profesional se esfuerce por salir de su zona de confort en el trabajo sin que eso signifique cambiar de empleo.

Salir de la zona de confort implica evolucionar como persona, cultivar las inquietudes personales y hacer algo porque cada semana en el trabajo no sea simplemente, una más. Cuando llegamos a la conclusión de que todas nuestras semanas en el trabajo son «una más exactamente igual que la anterior», aumentan las posibilidades de sufrir el síndrome del trabajador quemado. ¿Cómo salir de la zona de confort en la oficina para tener una actitud de aprendizaje constante?

Ideas para salir de la zona de confort en la oficina1. Te sugiero consultar la agenda cultural de tu ciudad para informarte sobre charlas y conferencias previstas de temas que hoy en día son muy demandados: inteligencia emocional, desarrollo personal y coaching. Asistir a este tipo de ponencias te permite reflexionar a partir de las reflexiones de un ponente experto en el tema.

Generalmente, este tipo de conferencias no nos cambian la vida de una forma literal, sin embargo, sí son un medio muy importante para reflexionar. Y este es un paso fundamental para tomar conciencia de los posibles motivos de insatisfacción en el trabajo.

2. Echa la vista al pasado para analizar qué sueños tenías a nivel profesional hace cinco años y qué sueños han quedado en el olvido. Puede que haya llegado el momento de actualizar algunas de esas ideas para darles forma.

3. Si buscas excusas para no llevar a cabo un objetivo determinado, las encontrarás. Sin embargo, si buscas motivos para ilusionarte con retos que son importantes para ti, también los encontrarás. Los objetivos nos ayudan a mantener el foco y la dirección adecuada. Evidentemente, es importante ser realista con los objetivos presentes porque cuando una persona se marca metas lejanas, se frustra y se desanima pronto.

4. Analiza cuáles son tus debilidades y tus fortalezas internas en relación con el objetivo que quieres cumplir. Del mismo modo, identifica cuáles son las amenazas y las oportunidades que te plantea esta meta. A través de este análisis podrás conocerte mejor.

5. Reflexiona sobre qué quieres tú, qué posibilidades te hacen sentir bien porque amplían tu marco de desarrollo personal y profesional. Apuesta desde el presente por un futuro laboral en el que te visualizas como una persona feliz. Para salir de la zona de confort, puedes hacer un curso de formación para actualizar tu currículum y adquirir nuevas competencias técnicas.