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Tal como dicen los últimos estudios y estadísticas sobre el tema, cada vez está más de moda grabar los partos para así tener un recuerdo bonito y perpetuo de uno de los instantes más importantes de nuestra vida y la de nuestra familia.

Con la posibilidad y accesibilidad cada vez mayor que tenemos las personas de recursos medios de poder tener una cámara de fotos o de vídeos, cada vez es más común que padres y madres quieran inmortalizar los momentos más importantes de sus hijos, entre ellos el del primer diente, la primera vez que nuestro bebé gatee o camine, etc. Entre estos momentos, no puede faltar el del parto, algo que a nuestros hijos les queda muy lejos pero que sin embargo, es su origen.

El hecho de grabar el parto es positivo no sólo para la madre, que vive el momento desde dentro y que no puede gozar de la misma manera que el padre del nacimiento del hijo, sino también para el padre, que tiene la oportunidad no sólo de acompañar a la madre en el parto, sino de participar, de alguna manera, en él.

No obstante, grabar nuestro parto no siempre es posible. Hay hospitales en los que prohíben la filmación pues pueden entorpecer el mismo proceso, además que en muchos lugares no se permite la grabación de las instalaciones, e incluso, es posible que te encuentres con un médico o enfermero que se nieguen a ser grabados. Lo mejor, en todo caso, es preguntar a tu comadrona durante las visitas, al fin y al cabo, hablando se entiende la gente.

En resumen, el nacimiento de nuestro hijo es un recuerdo importante, tanto para él como para nosotros, es por eso que queremos grabarlo y postergarlo para siempre, como recuerdo hermoso que es.