Perder peso aporta siempre un sentimiento de satisfacción y de bienestar. Se tiene la impresión de haber efectuado un recorrido de combatiente para llegar hacia el punto que se había propuesto, y se está orgulloso de haber cumplido los objetivos. Sin embargo, el aumento de algunos kilos siempre es posible, todo el mundo ha oído hablar del famoso efecto yoyó.

Contentos por haber perdido varios kilos superfluos, los malos hábitos vuelven rápido y corren el riesgo de arruinar todos los esfuerzos. Por esta razón, no conviene detener el régimen de golpe, sino entrar primero en una fase de estabilización para evitar volver a recuperar el peso perdido.

Adoptar una alimentación equilibrada

Si el régimen consiste en retomar la alimentación, para variar los placeres, pero sobretodo comer más sano, existen pocas posibilidades de volver a aumentar de peso. Normalmente se continúa en la misma línea.

Por el contrario, si se ha optado por regímenes más drásticos como el régimen Dukan, se debe pasar a un régimen más equilibrado. Una alimentación equilibrada y ejercicios regulares son los mejores aliados para evitar ser víctima del indeseable efecto yoyó después de un régimen.

Dieta

Aporte nutritivo

Hay que continuar dosificando los aportes nutritivos y calóricos de las comidas, aumentando progresivamente la calidad. Concretamente, el cuarto de la ración cotidiana debe estar compuesto de fuentes de proteínas, para proporcionar energía diaria al organismo.

También conviene consumir verduras, concretamente las que contienen muchas fibras. Por otro lado, se debe priorizar la alimentación cuyo índice glicémico es bajo, puesto que dará la impresión de estar saciado durante más tiempo.

Frutas y verduras

Para no volver a recuperar peso, es importante comprender que se tiene derecho a comer de todo, pero en cantidades razonables. Se deben conservar ciertos buenos hábitos del régimen como un consumo importante de frutas, verduras y pescado.

Apreciar cada bocado

A pesar de que el hambre sea inaguantable desde hace varias horas, no es una razón válida para terminar con el contenido del plato en un momento. Conviene saber que masticando lentamente y apreciando cada bocado, se evita engordar. Este truco permite al cerebro recibir las señales de estar saciados. Con esto se evita tener ganas de volver a servirse, incluso si el plato que se come está delicioso.

En la misma perspectiva, conviene decantarse por alimentos no transformados, es decir por frutas completas en vez de compotas, o por una barra de pan en vez de pan de molde. Esto hará que la sensación de saciedad sea mayor.

Darse gusto de vez en cuando

Evidentemente, el fin del régimen significa que las restricciones draconianas se han terminado. Esto no significa tampoco que se tiene derecho a comer de todo lo que se desea a voluntad. La fase de transición debe parecer como un momento de placer y de recompensa. De esta forma, no dudéis en comer una o dos onzas de chocolate si es algo que os ha faltado a lo largo del régimen.

De esta forma, se aprende a controlar el hambre, lo que evitará aumentar de peso de nuevo. Por otro lado, no se corre el riesgo de sentirse culpable o de sentirse mal con uno mismo.

Practicar deporte con frecuencia

Es totalmente posible perder peso alimentándose de forma diferente. Sin embargo, la práctica de un deporte siempre es recomendable para perfeccionar la silueta. No olvidéis que la natación y las sesiones de abdominales ayudan a conseguir bonitas tabletas de chocolate, unos muslos más finos, y un vientre plano.

Por lo tanto, y a modo de conclusión, se debe continuar con el programa, e incluso integrar a otros amigos principiantes, con el fin de romper el aislamiento durante el ejercicio físico. En realidad hablamos de un excelente medio de mantenerse motivado y conservar un cuerpo de ensueño.