Los días de fiesta suelen ser momentos de mucha actividad previa, por aquello de tenerlo todo a punto y perfecto a la hora de recibir a los invitados. Por esta misma razón, se dispone de poco tiempo para que la mujer se arregle y esté radiante como anfitriona de su casa.

Lo más importante, antes que el propio maquillaje de fiesta, es la preparación de la piel del rostro, es decir su limpieza, aunque de entrada parezca algo superfluo. Sin embargo, es la base sobre la que después se puede construir un bonito maquillaje que dure toda la noche.

Hoy en día existen muchos productos que asocian los principios activos de un exfoliante con los específicos para limpiar la piel. Una limpieza rápida, pero eficaz, completada con la aplicación de una crema hidratante, es capaz de devolverle al rostro su aspecto más brillante y luminoso.

La piel se conserva irrigada e hidratada durante 24 horas. El grano de la piel se afina y se uniformiza, haciendo que el tono cutáneo se homogeneice. La piel gana en transparencia, frescor, limpieza y está preparada para recibir el maquillaje de las fiestas de navidad sin ningún tipo de inconveniente.

Las ojeras y las imperfecciones

Estrés, contaminación, falta de sueño… más de la mitad de las mujeres entre 20 y 29 años presentan bolsas debajo de los ojos. Felizmente, se puede contar con la industria cosmética, que proporciona cuidados antiojeras para borrar los signos visibles de la fatiga.

Por supuesto, también sirven para las ojeras, pero igualmente para otros signos que aparecen en la piel: enrojecimientos, arrugas, estrías… Elegir el antiojeras de un tono más claro que el de vuestra piel, y aplicarlo antes de la base de maquillaje, sobre un rostro limpio y seco.

Entre los muchos productos que existen, seleccionar aquellos que contienen agentes hidratantes: evitarán el efecto acartonado y cuidarán al mismo tiempo de vuestra piel.

Aspecto natural y luminoso

Una vez que el rito de la limpieza de la piel y del camuflaje están listos, se recomienda la aplicación de una crema hidratante pero con base, para reforzar el efecto de un maquillaje natural. La luminosidad del tono no depende únicamente del color de la epidermis, sino también de la microcirculación de la sangre en la piel.

Las bases hidratantes de color permiten reactivar la piel, reflejando mejor la luz, haciendo que las pieles claras se vuelvan rosadas, y que las mates ofrezcan reflejos dorados. Hidratada, y más uniforme, la piel se vuelve de un tono nacarado, brillante y luminoso.