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Es cierto que la primavera y el verano es el tiempo de bodas por excelencia. Sin embargo, muchas personas encuentran cierto romanticismo en darse el sí quiero durante los meses del frío invierno. ¿Cuáles son las ventajas de elegir una fecha en esta estación? En primer lugar, la originalidad. Si te apetece romper con los estereotipos nupciales y sorprender a tus invitados incluso antes del gran día, elegir una fecha fuera de lo común, es una buena idea.

Pero también, mientras que durante la primavera y el verano es muy posible que muchos de tus invitados tengan otros compromisos sociales a los que asistir, el invierno suele ser más tranquilo en este sentido. Así que tendrás más posibilidades de que tus amigos estén libres para asistir a la boda.

El encanto de las bodas de invierno

Además, los vestidos de novia para invierno también son sinónimo de elegancia y estilo personal con un toque extra de glamour. Pero además de ello, también tendrás más facilidad para poder reservar el banquete en ese restaurante que tanto te gusta. Y también, por las condiciones del clima típico de estos meses, la novia también puede lucir más complementos que en verano. Por ejemplo, una chaqueta. 

¿Cuáles son las ventajas de las bodas de invierno?

Del mismo modo, en este tiempo, muchos proveedores de detalles nupciales ofrecen ofertas que son menos frecuentes durante el verano. Las fotografías del álbum de fotos tendrán una personalidad única gracias al paisaje invernal que tiene una luz distinta.

Si te casas por la iglesia también tendrás más facilidad para reservar fecha, por ejemplo, en esa ermita en la que visualizas tu boda. Si sueñas con vivir una luna de miel en un destino de playa, este viaje será todavía más significativo. Sentirás alegría si podéis hacer una escapada a un entorno de ensueño justo cuando en tu ciudad hace frío. Igualmente, el invierno también es punto de inspiración para elegir un destino de viaje de novios a un paisaje típico de este tiempo. 

Potenciar el ahorro en la boda

Es muy posible que en esta época del año también puedas concretar todos los detalles del viaje por un precio más económcio. En definitiva, una boda de invierno puede ser sinónimo de ahorro en un evento que, generalmente, tiene un presupuesto alto. 

Una boda de invierno crea un contexto distinto al de la época estival en cuanto a detalles de decoración nupcial se refiere. Para muchas personas, el verano no es su estación preferida por las molestias que a veces producen las altas temperaturas. Una boda de invierno es una experiencia que, por ser diferente, dejará momentos irrepetibles. Además, por su contexto temporal, podrás comenzar el año con la perspectiva próxima de la fecha del sí quiero. Y esto aporta un aliciente añadido para comenzar el nuevo año con energía creativa y buenos deseos. 

Además, durante el invierno también encontrarás flores muy bellas por su valor ornamental. Por ejemplo, los tulipanes. Sin duda, el invierno también crea una influencia directa en la gastronomía. Pudiendo dar protagonismo a recetas típicas de este tiempo.