Cada mujer quiere ser única el día de su boda. Para ello, la elección del vestido de novia es crucial. Es importante que el vestido sea cómodo y que la novia se sienta a gusto. Para no equivocarse en la elección del vestido de novia, conviene tener en cuenta tres criterios que son: el confort, el estilo y realzar las formas.

Un vestido de princesa

El vestido clásico le va bien a todas las mujeres. Tendréis el look de una princesa moderna con un vestido con cola. Suele ser blanco con varios matices que van del marfil a los tonos crudos. Durante la celebración, unas mejillas rosadas, acompañadas de un velo serán la guinda sobre el pastel.

Las flores son perfectas para una boda de estilo tradicional. Aquí las flores no se consideran complementos, sino más bien signos de sabiduría y de romanticismo para la mujer que las lleva.

NoviasEl vestido de encaje es muy femenino. Ligero, y transparente, el encaje tiene fama por conseguir realzar la elegancia de las mujeres. Ciertamente, en este vestido, se puede sentir la suavidad del tejido y la finura tan delicada del tejido. Asociándolo con parsimonia a la falda o al busto, seguro que se puede ofrecer un look sencillo a la vez que refinado.

El estilo inédito

El vestido urbano es perfecto para las novias jóvenes. Adoptando este estilo, podéis mostrar a vuestros invitados que sois una mujer sencilla, pero al mismo tiempo dinámica. Todo e mundo sabrá que sois una mujer activa, que le gusta el ambiente urbano. El vestido debe ser corto, hasta las rodilla, mostrando así la belleza de una piernas sublimes.

El vestido capa es ideal para las bodas que se celebran en invierno. Os sentiréis como las princesas de los países fríos. La combinación de la capa acentuará la elegancia y para las mujeres más corpulentas, este vestido se puede convertir en signo de sencillez, puesto que la mujer que la lleva se considera una persona refinada. Otra ventaja de este modelo es que es posible llevarlo en primavera.